Con la actual situación de crisis se ha abierto la caja de Pandora de los miedos. El miedo es una emoción con la que nacemos y que nos ayuda a ser prudentes. El problema viene cuando llega a paralizarnos, que es lo que parece que está ocurriendo en estos momentos. Es entonces cuando se convierte en miedo tóxico, dañando nuestras capacidades y paralizando la toma de decisiones.
El miedo comprende una familia de emociones que van desde el pánico a la ansiedad, pasando por el malestar temeroso y el estrés.
¿A qué tenemos miedo? Miedo y Motivación están íntimamente relacionados, pero no tienen la misma visibilidad en los medios ni la misma presencia en los discursos de empresa. Mientras la motivación tiene un papel estelar en los libros de management y provoca auténticos quebraderos de cabeza a los directivos de recursos humanos que la persiguen cual santo grial, el miedo sin embargo está en el orfanato de los discursos corporativos aunque tenga un papel protagonista en el día a día de muchas empresas. Son las dos caras de una misma moneda. Alguien muy orientado al logro probablemente huirá del fracaso. Aquel que necesite sentirse integrado en el grupo se sentirá aterrorizado frente al rechazo o la soledad. A quien le motive influir, la pérdida de poder será su peor pesadilla. Por supuesto, son casos extremos. A los miedos anteriores les tenemos que añadir otros dos igual de importantes: a la no supervivencia (no llegar a fin de mes) y al cambio. Y de todos los miedos anteriores se derivan otros tantos como vemos en la siguiente tabla.
Miedo principal |
Motivación asociada |
Algunos miedos derivados |
No supervivencia |
Necesidades básicas |
Miedo a perder el trabajo Miedo a no llegar a fin de mes… |
Rechazo |
Afiliación |
Miedo a ser distinto Miedo al éxito o a destacar Miedo a relacionarse con las personas… |
Fracaso |
Logro |
Miedo al error Miedo a asumir riesgos Miedo a tomar decisiones Miedo a no ser reconocido por el trabajo realizado… |
Pérdida de poder |
Poder – Influencia |
Miedo a perder un puesto de influencia Miedo a no ser reconocido socialmente… |
Cambio |
Todas las anteriores |
Miedo a un cambio de función Miedo a un cambio de localización… |
¿Cuál es nuestro miedo más importante? Como suele suceder, depende de muchos factores: edad, posición en la jerarquía, crecimiento personal y circunstancia económica. En la actualidad, el miedo a no llegar a fin de mes o a un despido se han ganado una triste importancia. Por ejemplo, en el mundo directivo, el miedo estrella es el relativo al fracaso. Al menos éste fue el resultado de un estudio realizado sobre 185 mandos medios y directivos realizado hace tres años (seguramente ahora se darían otros resultados). Las compañías actúan en función de objetivos y no alcanzarlos suele implicar consecuencias poco deseables. Pero los resultados del estudio encierran datos aun más curiosos. Se hizo en España. No es sorprendente, por tanto, que el miedo al rechazo tenga tanta importancia. Y tampoco es llamativo que el miedo a la pérdida de poder sea el menos votado. ¿Acaso no existe? ¿No nos gusta influir en los demás? En una cultura afiliativa como la nuestra produce una cierta alergia decir que nos motiva mandar. En definitiva, si al hablar de la motivación, la cara seductora de la moneda, no parece que seamos demasiado sinceros, ¿podremos serlo al hablar del miedo?
Pilar, muy interesante y psicológica la clasificación de miedos 😉 La evitación o el escape de esos miedos es una de la fuerza más potente de la naturaleza…humana.
Estamos gran parte del tiempo, y en muchas situaciones y contextos, haciendo cosas para evitar y no para conseguir.
Generalizando y con cierto simplismo, podría decirse que hay dos tipos de actitudes: las evitadoras que están condicionadas por las debilidades y la ansiedad, y las proactivas, que persiguen la consecución de objetivos y son producto de historias previas de obtención de éxitos.
Un artículo muy interesante y que realmente me ha dejado pensativo 🙂
Y pensando en lo que comentas creo que muchos miedos innatos encuentran un refuerzo social que no sólo dificulta su eliminación o al menos su control sino que los acrecienta.
JM
Querida Pilar, me apasionan tus artículos sobre el miedo. Y lo primero que se me ha venido a la mente al leerlo es esa sensación de peligro futuro que sentimos como inminente la mayoría de las veces y que nos paraliza y angustia en el presente. Sino logramos controlarlo a tiempo, aunque no tenga un fundamento evidente, nos solemos martirizar sin necesidad. Pero como tu bien dices, todo depende de muchos factores.
Un caluroso abrazo
Espero que vos no tengas miedo. Lo entendería.
Buen post. B,s
Efectivamente, el miedo no es al riesgo, sino a la perdida aunque los hechos no afectan a las personas, sino como estas los perciben.
Un saludo
JLMON
Tremendo. El MIEDO A QUE ME ECHEN , está cobrando una importancia en la empresa…y lo malo es que el directivo cree que juega con una baza extra para conseguir que se hagan las cosas….Triste, Pilar. Triste, blogeros. Mientras exista el apego y no tengamos valores definidos, seguiremos dormidos y alimentando esta sociedad y empresas del miedo.
Los que sabemos que hay otros caminos , otras formas de hacer las cosas, busquemos la acción para hacerles ver con resultados que el camino del miedo trae resultados mediocres….acaso nos molesta brillar?
Besos , abrazos y muchas sonrisas.
Quique
Sí, yo veo mucho miedo al rechazo, a ser considerado inútil, ineficaz; miedo a que alguien encuentre fallos en tus competencias. Eso provoca muchos enfrentamientos, en los que el principal protagonista es el ego. A veces no se miran ni las consecuencias, sino que se detienen en una situación en la que hay que dar la razón a alguien. Ese miedo procede, como casi todos, de la falta de autoconfianza. Ese miedo al rechazo hace también que se restrinja la comunicación y que se aparte a otros, al estar siempre en una posición defensiva.
Gracias por vuestras palabras.
Yoriento, totalemente cierto en la clasificación de las motivaciones. Hay personas que evitan y otras que buscan. Y en el miedo ocurre lo mismo.
José Miguel y José Luis, me habeis dado una idea para escribir en otro post: El grado de innatismo en el miedo y su vinculación con el apego.
Esthergo, muchas gracias por tus palabras. Y sí son muchos los factores, aunque al final cada uno los entiende de un modo bien particular.
Antonio, me temo que tengo todos esos miedos. Si no, no podría haber escritos sobre ellos 🙂
Quique, muchas veces nos molesta brillar. está asociado a la cultura y en especial, a la latina. Hableremos sobre ello.
Y Concha, efectivamente, creo que el rechazo es precisamente el miedo más inútil de todos para desarrollar el talento que tenemos.
Un abrazo
Hola a todos,
en mi opinión el miedo que subyace es el miedo a vivir.
Confiar en nosotros, en los demás, en que todo saldrá bien, es entregarse a la vida esperando lo mejor y eso va en contra de lo que está inscrito en nuestro código genético.
El miedo es una ilusión, una emoción que nos ha sido útil pero que a veces es muy tóxica y nos ata a una vida muy limitada.
Seamos compasivos con nuestros miedos, demosles la mano, tal vez de esa forma dejen de condicionarnos tanto. Seamos más benevolentes con nuestros fracasos, nuestras debilidades.