La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el I Forum «Empresa-Deporte-Negocios dentro del Master Serie de Madrid, organizadas extraordinariamente por gbpresentaciones. En dicho congreso compartí mesa con Theresa Zabell, doble campeona olímpica de vela y con Alex Corretja, Campeón de la Copa Davis, entre muchos otros títulos.
He de reconocer que aprendí mucho de la experiencia de los dos deportistas. Recuerdo, en especial, lo que contó Alex sobre el peor partido que había jugado en su vida. Fue con Hewitt con quien perdió 6-0, 6-0 y 6-1. Antes de salir a la pista pensó: ¿Qué sucedería si quedara 6-0, 6-0 y 6-0? Fue una idea que le rondó al comienzo del partido y que reconoce que no fue capaz de quitársela. Y acertó. Lo que comenta Alex es lo que se denomina la Profecía Autocumplida.
La Profecía Autocumplida, a veces también denominada el Efecto Pigmalión, nació a raíz de un experimento realizado por el doctor Rosenthal en un colegio. A los profesores les informaron antes de empezar el curso que uno de sus grupos de alumnos era excelentes y que el otro, no demasiado bueno. Cuando terminó, el grupo aparantemente excelente alcanzó muy buenas notas y el otro, se quedó en la media, como era de esperar. Sin embargo, la información de partida era falsa. Ambos grupos tenían el mismo nivel académico. Con este experimento se demostró que las expectativas que depositen en nosotros o que nosotros pongamos en nosotros mismos nos condicionan en nuestro resultado.
Dice el maestro Sun Tzu, en su libro el Arte de la Guerra: El vencedor antes de entrar en la batalla ya ha ganado. Y es cierto. Si piensas que vas a perder, pierdes. Si crees que puedes ganar, tienes muchas más posibilidades de conseguirlo, como le sucedió a Alex. Por ello, si queremos desarrollar nuestro talento, el punto de partida ha de comenzar en uno mismo y en su lenguaje interior. Si lo que queremos es desarrollar a nuestros colaboradores o compañeros, también deberíamos pensar previamente en nuestras expectativas, porque aunque no se diga se perciben.
Me encanta cómo lo resume Goethe:
Trata a un hombre tal y como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede ser y debe ser y se convertirá en lo que puede y debe ser.
Entrevista que nos hicieron en Cinco Días: pjerico_corretja.pdf
¡Qué bueno! a mí me pasaba esto cuando era pequeña y jugaba un campeonato de tenis, en cuanto me tocaba con una tal Mª José, que era la mejor, quedaba 6-0, 6-0, 6-1 (el 1 me lo regalaba…) Me acuerdo del sentimiento de impotencia y angustía que me entraba nada más verla en la pista…
Menos mal que ahora he aprendido, como bien dices es importantísimo dirigir el pensamiento.
Buddha decía «lo que somos es reflejo de lo que pensamos»
Saludos
Jejejeje… y a mí me ha pasado también cuando jugaba al baloncesto. Como bien tú dices, el pensamiento es el principal amigo o enemigo.
Un abrazo,
Pilar
Cuando se juega al golf en el mismo campo algunos hoyos siempre los hacemos mal pero es inquietante lo igual de mal que los hacemos.
Cuando vemos agua, arena o árbol se desvanece el swing y caemos allí sin remedio.
Es difícil controlar el miedo escénico, ni leyendo a Sun Tzu 🙂
Que envidia te tengo Pilar!!!
Efectivamente, la confianza, el creer que uno lo logrará, hace que la mente busque maneras de hacerlo. Aquellos que creen que pueden mover montañas lo logran. Aquellos que no lo creen, no pueden. La convicción da poder para conseguir las cosas.
Salu2 y enhorabueno por tu gran trabajo.
Borja
P.D. Sergi Bruguera podría comentar muchas como las del Sr. Corretja, fue el claro ejemplo de jugador talentoso (2 Roland Garros) cuyo único handicap estaba por encima de sus hombros. Único «Top Ten» en ser incapaz de superar 2 set en contra en partido oficial.
Tienes razón. Yo siempre soy pesimista y así me va.
Me has dado ánimos para cambiar y conseguir superarme a mí misma.
Gracias
Isabel
Lula, qué razón tienes… Ni leyendo a Sun Tzu ni escarmentando en camisa ajena 🙂
Lo de golf he de reconocer que todavía no he probado, pero quién sabe…
Y Borja, muchas gracias por tus palabras. Lo cierto es que un privilegio conocer a personas tan interesantes que se sinceran hablando de su experiencia.
Isabel, gracias también a ti… y bueno, no estás sola. Todos tenemos que cambiar. Hasta los optimistas pasan sus momentos oscuros, al más puro estilo Darth Vader.
Un abrazo
A mi me a pasado en varias ocasiones, hace no mucho jugando al poker y si te digo la verdad muchas veces pienso que voy a ganar pero al pensar esto por contra se te viene que puedes perder.
Yo haría 2 matizaciones para reflexión:
1.- La frase que creo que ya es lugar común para los que luchamos contra el «nuevo paradigma del optimismo sin mácula» : «Un pesimista es un optimista bien informado»
2.- ¿Qué significa ser vencedor? ¿Qué quiero decir con exitoso? ¿Exitoso social o exitoso para mi mismo? Al menos para mí, en múltiples ocasiones, no significan lo mismo. He de reconocer que en los momentos de confusión me quedo con la primera versión, pero cuando aclaro mi mente, sé que la importante es la segunda………Y para ella, no hay que hacer mucho más que ser como eres.
No leeré «El secreto». Lo siento………