Continuando con la «saga» de la Historia del trabajo» de la que ya vimos anteriormente «el contrato de maestra de 1.923» y las «11 reglas para contratar mujeres de 1.941» quiero compartir con vosotros esta «pequeña joya» del libro Practical Business Psychology de los autores «Laird y Laird» y publicada en 1.951 por la prestigiosa editorial (entonces y ahora) McGraw-Hill Book Company. En el se detallan las cualidades que se debía poseer para ser considerado un profesional con talento (mi preferido, el comentario final).
Cualidades Técnicas
- Exactitud en el trabajo rutinario de la oficina
- Rapidez en dicho trabajo
- Planeamiento anticipado del trabajo
- Pulcritud y orden en los resultados
- Conocimiento en los sistemas generales de trabajo de la oficina
- Capacidad para aprender nuevos sistemas
Cualidades Sociales:
- Buena presencia personal
- Uso del lenguaje apropiado
- Discreción en los secretos del negocio
- Cooperación con los demás empleados
- Aceptación de sugerencias y críticas
Cualidades Personales:
- Puntualidad en el trabajo
- Realizar la tarea antes de los tiempos límites
- Iniciativa propia
- Conciencia de la propia responsabilidad
Y a modo de consejo final se decía: «Y contar con una esposa agradable, sólo si se quería promocionar». En otras palabras, que si uno no aspiraba a ascender, se podía casar con quien quisiera.
Hola Pilar!!
Sólo quería decir que, a mí como hombre, el cumplimiento de todos esos requisitos que comentas, no me han servido de mucho. Claro, que tampoco cumplo el último prequisito…
Y también quería felicitarte por tu Santa 😉
Un abrazo.
Es llamativo cómo, en la época industrial, no se valoraba nada que tuviera que ver con la iniciativa, las propuestas de mejora o la innovación. Es decir, sólo cumplir eficazmente el trabajo que se te ha ordenado.
Lo que me llama más la atención es que tampoco se resalten aptitudes para las relaciones humanas, pues incluso en aquella época siempre sería necesario un gerente capaz de entablar buenas relaciones con los proveedores o los distribuidores, una secretaria con los directivos, con los clientes importantes, con las visitas, un comercial con los clientes, etc.
Todas las cualidades van enfocadas hacia la empresa y la persona parece estar en un segundo plano. El comentario final es muy propio de la época y aunque actualmente criticable, era la realidad de aquellos años, triste pero cierto.
SM
Muy propio de la época. Pero ya me gustaría a mí haber tenido algún colaborador con un par de características de las que aquí se solicitan. Las últimas generaciones van, como dicen ellos “según les brota”.
Lo de una Santa que te ayude a promocionar, estupendo, lo voy a poner en el próximo perfil. Por ver qué pasa.
Lo más triste de esto es que en algunos sitios aun sigue en boga. El otro día recibimos en la oficina publicidad política para un compañero estadounidense. Era para las elecciones a sheriff (no me preguntes por qué eligen a los sheriffs), y ponía como cualidades entre otras: liderazgo probado (probado por quién?), y 19 años de matrimonio (quizá sea su mujer quien haya dado fe de su liderazgo probado).
Para ponerle la guinda final, decía que iba a mantener a los barrios y escuelas limpias, y poner a los delincuentes, donde les toca, entre barrotes (tal cual…).
Como decía, creo que, mafalda,… que paren el mundo que yo me bajo.