La resiliencia implica dos componentes: resistencia frente a las adversidades -capacidad para mantenerse entero cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones-, y capacidad para sortear las dificultades, aprender de las derrotas y reconstituirse creativamente, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas.
El término proviene del latín resilio, es decir, volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial. El concepto se comenzó a emplear en la física y fue Michael Rutter quien lo acuñó en 1972 para las ciencias sociales. Los primeros estudios sobre la resiliencia se centraron en personas que habían vivido situaciones límites: campos de concentración, niños pobres que habitan en las calles o mujeres maltratadas. Aquellos que resistían y seguían adelante, sin tirar la toalla eran los llamados resilientes. Un matiz: Resiliencia no significa invulnerabilidad, sufren como cualquiera, lo que les diferencia es su capacidad para tener una adecuada calidad de vida a pesar de todas las experiencias dolorosas.
¿Qué es lo que permite tener una calidad de vida adecuada aun habiendo nacido en la pobreza absoluta, tener padres alcohólicos o haber sufrido malos tratos en la infancia? La investigación de Emmy Werner dio respuesta a la pregunta después de haber estudiado durante 32 años a personas de la isla hawaiana de Kauai que habían crecido en dichas condiciones. Todos aquellos que fueron capaces de salir y de transformarse positivamente, habían vivido algo en común: contar con al menos una persona, familiar o no, que los había aceptado tal y como eran de manera incondicional, independientemente de su temperamento, de su aspecto físico o de su pasado. La conclusión fue la misma que la de uno de los pioneros en el estudio de la resiliencia, Boris Cyrulnik. Con seis años logró escapar de un campo de concentración donde vio morir a sus padres. Tras vagar por diferentes centros de acogida, unos granjeros lo adoptaron y le inculcaron el amor por la vida y la literatura.
Heráclito dijo hace más de veinte siglos “Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río” y en el caso de la resiliencia ocurre lo mismo. Después de una dificultad, nunca se vuelve al mismo punto de origen. En otras palabras, afortunadamente no somos gomas elásticas. Por eso, cada dificultad o cambio nos influyen y todos ellos tienen la capacidad de transformarnos. Sabemos que suelen llegar en el momento más inoportuno, aunque tampoco se sabe cuál es el momento oportuno, el reto es entender la dificultad como una invitación a dar lo mejor de nosotros mismos.
Totalmente de acuerdo y lo he visto muy cerca.
Todos los días se aprende algo nuevo. Es muy curioso esto de la resilencia. Gracias por compartir tus comentarios Pilar.
Hola:
No conocía la palabra, pero si la actitud, puede que incluso yo sea resiliente, pero también he convivido con una rusa que pese a no tener nada era capaz de sonreir e incluso creo que pactó con su propia muerte, Nikulina Lyubov, mi amiga que se fue de este mundo sin rechistar y sin enfadarse con dios. No tengo ni idea de como ha llegado hasta mí tu blog Pilar pero gracias a ti y a quien sea.
Hola Pilar:
Muchas gracias por este aporte. Hace 31 meses sufrí un accidente de cohe que me ha dejado con un 75% de incapacidad motroa y una tetraparecia. Muchos son los sentimientos y emociones que han tocado lapuerta de mi vida. ira, enfado, frustración, amargura y depresión. Pero he encontrado la suficiente resilencia mental para seguir adelante y sobre todo seguir disfrutando la vida.
MI apoyo han sido mi mujer y dos hijas, mi socios y amigos. Sin ellos hubiese sido imposible. Cuidar mi mente ha sido funadmental, pero sobre todo una relación personal «no religiosa» con Dios me ha ayudado mucho.
Gracias por u post del día de hoy.
Un abrazo,
Gracias Pilar,
te sigo y he leído tus libros, enhorabuena por tu trabajo, una vez más me motivan tus post, lástima que no sean más frecuentes, estoy completamente de acuerdo contigo.
Por favor continua con tu trabajo.
Mucho ánimo y a continuar.
Un abrazo
Hola Pilar, te conocí en una conferencia sobre tu libro NoMiedo, en Madrid hace un par de años. Desde entonces te sigo. Pocos ponentes he conocido con tanta facilidad para implicar a la audiencia.
En este caso no concia el termino, pero si las actitudes, en primera persona. Por diferentes razones, en varias ocasiones he tenido que salir de importantes problemas de salud y puedo asegurar que tan importante es la actitud personal frente a la adversidad, como encontrar el asidero oportuno, y siempre desinteresado, que te ayuda a levantarte.
Cierto es que dichas experiencias vitales te hacen siempre subir algunos peldaños de golpe. No obstante soy de la opinión de que debemos tratar que aquellas, afecten lo menos posible a nuestra vida posterior.
Hola Pilar:
Este término de resiliencia me recuerda a la frase coloquial «lo que no te mata te hace más fuerte». Todas las experiencias que tenemos, las adversidades que superamos nos dan fuerza, porque ya nos conocemos mejor, sabemos que podemos dar un paso más sin venirnos abajo, sin hundirnos. Incluso ese paso de más, nos invita a dar otro.
Superar el reto, como dices, es aumentar nuestra resiliencia, y sentirnos mejor preparados para afrontar el próximo.
Un saludo desde Valencia.
Carmen
Gracias Pilar:
Resulta impresionante que una sola palabra resuma tantos aspectos importantes en la vida de una persona,creo que todos tenemos algo de esa plantita(como en la foto)y tal vez solo necesitemos ese impulso para sacarlo a flote.
Es muy motivante ,como todos tus trabajos
Gracias nuevamante
Elmerth
Muy interesante el artículo sobre la resiliencia.. siempre nos trae esperanza y el empuje para superarnos…
Respetos y saludos.. Diego
¿Cuál es la diferencia entre resiliente y resistente (resiliencia y resistencia)?
Imagino que todos tenemos un cierto grado de resiliencia que a veces es superado por los grados calurosos de las adversidades y alguna ligera renuncia para dejarnos vencer.
Finalmente, debemos dar lo mejor de nosotros mismos, acmopañados por alguien que nos quiera. Ciertamente, una fórmula de éxito a como cada uno lo entienda.
Bien llevado el artículo, gracias por escribirlo y postearlo.
Maravillosa palabra..por todo lo que conlleva.
No conocía tu blog ni tu obra, habrá que investigarla.. 😉
Te encontré por la página de trabajo del Facebook.
Creo que soy resilente..aunque, por suerte, no he tenido que pasar esas grandes desgracias en la vida, pero si he tenido algún golpe y he sido fuerte y he levantado cabeza. Realmente nunca es como si no hubiese pasado nada, pero es que ha pasado y ahora tienes la experiencia y la dicha de saber que has podido hacerle frente!!
Un beso.
Buenos dias a todos, es increible la presencia de la relatividad de las cosas en todos los aspectos de nuestras vidas.
Inmediatamente después de leer tu post, Pilar, todos nos autoproclamamos como resilientes, por motivos diversos, problemas laborales, separaciones, etc, nos sentimos igualitos al mismísimo Ave Fenix, resurgiendo de sus cenizas porque nos hemos repuesto a un súbito cambio de escenario laboral, o a una separacion matrimonial, o a que ya no podemos pagar la hipoteca por alguna razón.
No nos damos cuenta que el estudio en sí está efectuado en colectivos MUY DEPRIMIDOS de verdad, pobreza extrema, maltrato infantil, pero enseguida nos comparamos con ellos. En fin debe ser innato al ser humano.
Otra reflexión que se me viene a la cabeza es que comentas que en todos los casos hay alguien que te ayuda de forma incondicional. Es posible que la figura de este ser incondicional esté presente en más casos de los que creemos, lo dificil probablemente sea identificar esta figura y aferarse a ella.
Gracias
Saludos
Interesante la información, encontré tu página buscando el tema de resiliencia, seguré de cerca tus comentarios,