El trabajo medio se va a convertir cada vez más en una relación de noviazgos, matrimonios y alguna que otra separación. Pero no hay que alarmarse. El mundo cambia y así también la vida laboral. La consultora McKinsey decía hace unos años que en 1990 el número de empresas media por la pasaría una persona en toda su vida era de 2 y que el 2010 alcanzaría la cifra de 10. La estimación anterior se ha visto reducida por la crisis económica, que ha echado el freno de mano en la rotación (para descanso de muchas áreas de Recursos Humanos y para disgusto de muchos otros profesionales deseosos de un cambio); pero independientemente de ello, los cambios del entorno son demasiado profundos para que ningún directivo sea capaz de garantizar un trabajo de por vida. Todo ello tiene profundas consecuencias tanto para la empresa como para el trabajador.
Por parte de la empresa, no poder garantizar trabajo de por vida es bien distinto a jugar con la inestabilidad y con la amenaza. Las personas necesitamos un mínimo de seguridad para dar lo mejor de nosotros mismos y el riesgo constante de un posible despido daña cualquier organización y cualquier persona… Además, si la empresa no puede garantizar un trabajo fijo tendrá que desarrollar otros elementos motivadores, más orientados al compromiso emocional (¡aunque se esté en crisis!), como lo relacionado con el buen ambiente de trabajo, la innovación a todos los niveles y liderazgo. ¿Cuántas empresas se preocupan de ello?
Y por último y puede que más complicado, el profesional ha de velar por su propia carrera. Ya no vale quedarse de brazos cruzados para que la empresa decida qué es lo mejor para uno mismo. La persona se ha de preocupar de su formación y ser exigente con su propia empleabilidad. Si se está en una vía muerta, ha de poner los medios para salir de ahí estudiando, buscando alternativas o lo que sea… El objetivo personal no debería perderse nunca de vista: En el hipotético caso de que a uno lo echen (o amorticen su puesto, como se dice más elegantemente), tiene que ser empleable en otra organización. Desgraciadamente, esta crisis ha encontrado desprevenidas a muchas personas, que siguen culpando el sistema, cuando han estado durante años haciendo y repitiendo lo mismo. Ojala esta situación nos ayude a darnos cuenta de que de nosotros sólo depende nuestro futuro y que nuestro compromiso sólo tenemos que desarrollarlo si también nos aporta valor a nosotros. Las reglas de juego han cambiado y nuestra forma de entender trabajo, también debería adaptarse a este nuevo contexto.
Muy bueno Pilar. Y el chiste muy elocuente.
Me quedo con que el profesional debe velar porsu propia carrera. Y es algo que se está perdiendo porque cada vez depósitamos más atribuciones en Papá Estado y nos hacemos más y más dependientes. Pero es que la estrategia electoral se basa con frecuencia en «no te preocupes que yo te lo consigo si me votas» Bien sea una vivienda, un trabajo, una sanidad de caprichos, etc.
Nos están infantilizando. No terminamos nunca de salir del cascarón.
Besos.
Congrats!!
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El tema que planteas me parece fundamental: cada persona es responsable de su empleabilidad. Una de las formas posibles que tienen las empresas para motivar es precisamente ofrecer medios a los empleados para que puedan mantener esa empleabilidad desarrollándose constantemente.
El desafío que veo en todo esto es el cambio de mentalidad que va a exigir a un colectivo amplio de empleados acostumbrados a que su jefe, la empresa o el Estado asuman responsabilidades que en realidad les pertenecen a ellos.
La actitud individual marcará la diferencia en el futuro. Raimon Samsó, en un libro que me ha encantado, El código del dinero, aporta apuntes como éstos:
“La solución no es un sueldo mejor, sino una mentalidad mejor”.
“El consejo convencional es: “Ve a la escuela, licénciate en la universidad, busca un empleo seguro, trabaja duro toda la vida. Retírate”… Da escalofríos pensarlo”.
“Si revisas la lista de personas más ricas del mundo comprobarás que no lo son debido a su formación académica. Lo son por su actitud. Su actitud marcó la diferencia; y, sin embargo, cada día legiones de personas salen de su casa ávidas de diplomas (se enfocan al cien por cien a la aPtitud y cero por cien a la aCtitud)”.
«El dinero, como todo, tiene un precio (…): coraje, creatividad, paciencia, imaginación, disciplina, esfuerzo, persistencia, confianza, voluntad de servicio y muchas otras cualidades que no todo el mundo está dispuesto a desarrollar”.
Un saludo, Pilar.
Estás muy equivocada, Pilar, esto no es así. Como teoría está muy bien, y en algunos países no digo que no funcione, pero en España, y en la práctica, no es así (ojalá lo fuera). No obstante te admito que incluso en algunas partes «privilegiadas» de España tu teoría sea útil, pero en el resto no.
Y te voy a poner unos ejemplos bien fáciles de entender y que son reales, no teorías, porque del dicho al hecho ya sabemos todos que «hay un trecho». Los ayuntamientos de mi comunidad autónoma han abierto convocatorias inmensas de empleo, en colaboración con el gobierno regional. Para acceder a ellas da absolutamente igual que tengas unos bonitos y enormes estudios, o que en el último año te hayas preparado «requetebien» haciendo un master en USA o potenciando tu currículum en alguna universidad o en otra profesión alternativa para salir del bache. El único requisito imprescindible es que hayas hecho, en los últimos dos años, un curso del INEM. ¿La razón? Que los cursos del INEM no sirven absolutamente para nada, ni en teoría ni como práctica, y como nadie suele querer perder el tiempo en ellos, necesitan medidas de esa índole para llevar a gente, porque los cursos del INEM son subvencionados y los pagan todos. En mi blog tengo algunos ejemplos de cursos del INEM comparándolos con cursos en academias: un curso que en el INEM tardas en hacerlo tres meses ocupándote más de ocho horas al día (si incluímos transporte), en una academia lo haces en una semana.
Otro ejemplo: los que más atraen empleo (a no ser que estés en Madrid o Barcelona donde están las empresas «tecnológicas») son las pequeñas y medianas empresas dedicadas a cosas como supermercados, tiendas de alimentación, carnicerías, hostelería… Y para acceder a un puesto en ellas más del 90% les importa un pimiento lo que hayas estudiado o lo que hayas hechos, lo que quieren es experiencia. Muy pocas veces van a contratar a un personal de cocina sin experiencia, y si eres una persona pasada de los cuarenta, olvídate de entrar como camarera en la mayoría de ellas.
Si te refieres a «cambiar de trabajo» y «cumplir tus expectativas» con ser camarera o camarero (con todo el respeto para la profesión), la realidad es que muy pocas personas sueñan con ello, y si lo hacen es porque no tienen más remedio, en la mayoría de las ocasiones. Y si te estás refiriendo a puestos en el sector de las telecomunicaciones, informática y demás, las empresas de provincia que ocupan a un número medianamente significativo de gente son simplemente anecdóticas, lo sé muy bien porque la mayoría de la gente que conozco informáticos se han visto obligados a emigrar a Madrid y, créeme, no lo hacen por placer.
Concha Barbero pone el ejemplo de «las personas más ricas del mundo», qué curioso que siempre se diga ese tópico, porque la mayoría de gente se olvidan de los millones de personas que lo han intentado y se han quedado en la cuneta. El iPod nano fue el invento de una persona totalmente anónima que no triunfó, lo malvendió a Apple y con él han generado millones de dólares, ¿era mala la idea, el planteamiento, o estaba equivocado su inventor? Ni era mala la idea, ni el planteamiento, ni estaba equivocado su inventor, lo que existe es una cosa que se llama «fortuna», estar en el momento apropiado, lo decía muy bien Enzo Ferrari cuando comentaba que «hay gente que salta una vez y recoge la fortuna; yo me he pasado saltando toda mi vida».
Está bien soñar, pero está aún mejor ver la realidad de lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que pasa que ésta es tan lamentable que muchos siguen prefiriendo pintarlo de un color, aunque sea falso, y así no se evoluciona.
Por supuesto, la persona es responsable de su futuro, pero decirle que está en sus manos a dónde ir y qué hacer son muy pocas las personas que pueden permitirse el lujo de hacerlo. Me alegro que vosotros sí podais, la mayoría de la gente de la calle, simplemente, intenta sobrevivir.
Un saludo
Por experiencia sé que cuando alguien dice: «Está bien soñar, pero luego está la realidad», o «No soy pesimista, soy realista», se está autosaboteando y dejando su vida en manos de la fortuna. No se está responsabilizando de sí mismo.
Tu punto de vista puede tener su razón de ser. La única verdad absoluta es que todo es relativo, pero yo sí creo rotundamente en que todos podemos decidir dónde ir y qué hacer. Eso sí, antes se necesita saber quienes somos y qué queremos. Se precisa eso sí, más que un lujo, como dices, es un trabajo personal interno que pocos quieren llevar a cabo, porque cuesta, y mucho, pero es lo que te permite luego obtener resultados en el plano experior.
Saludos
¡ES LA CREATIVIDAD, ESTÚPIDO!
«La mayoría de la gente de la calle, simplemente, intenta sobrevivir» finaliza Unparau su comentario.
Pues precisamente, Unparau, para simplemente poder sobrevivir hoy en nuestra sociedad -en donde sobra tanta gente para cubrir las profesiones y oficios clásicos-, lo que toca es, más que nunca, desarrollar una carrera profesional, singularizar tu oficio, destacarse y crear tu propia marca personal que transmita los atributos que te puedan diferenciar y hacerte único dentro de una organización y ante la sociedad en general. Si consigues personalizar tu trabajo, será más difícil reemplazarlo.
En Occidente y en ciertas partes de Asia (Japón, Corea del sur) los puestos de trabajo industriales, masivos y estándar se han convertido en commodities que puede hacer cualquiera de la misma forma y que, por tanto, están muy mal pagados y que, en cuanto se pueda, serán suprimidos, reemplazados por máquinas o deslocalizados a otros lugares. Si no tienes marca diferenciada, entonces eres lo más parecido a una materia prima no diferenciada, un producto básico, un commodity.
En las sociedades modernas el trabajo creativo está en ascenso, mientras que la fabricación rutinaria de productos está en descenso. El bien que ahora es escaso es el trabajo diferenciado. Por eso, si uno quiere lograr cierta estabilidad laboral tiene que proponerse desarrollar una carrera profesional única y diferenciada del resto de profesionales del mismo ramo, encontrar un camino propio.
Y en este sentido, los que vivimos en los primeros años de este nuevo milenio tenemos mucho que celebrar, porque nunca había sido tan fácil dar rienda suelta a las aspiraciones creativas (la digitalización ha democratizado la producción de contenidos y las herramientas para la creatividad). Hoy no es tan necesario grandes inversiones en bienes y equipo para crear una empresa nueva y audaz. Lo que más se necesita hoy es ingenio, valor y perseverancia. Hoy lo que falta no es tanto dinero como ideas audaces e imaginativas con la energía suficiente para reinventar los negocios, las profesiones, los oficios,…
Durante el Renacentismo cada artesano imprimía su estilo propio. Luego la industrialización nos convirtió en trabajadores rutinarios que formabamos parte de un enganaje. Y ahora, en el siglo XXI, nos adentramos en una era conceptual en la que de nuevo toca volver tener una actitud proactiva y creativa para personalizar tu trabajo, con el fin de distinguirte del resto y obtener cierta estabilidad laboral («empleabilidad» que dice Pilar).
Interesantes análisis de las distintas posiciones.
Sólo deseo agregar un tip: Dentro de tanta mediocridad planteada por Unparau, ¿ No es más fácil encontrar la forma de diferenciarse?
Sólo habría que buscar dentro de uno mismo (como bien menciona Concha Barbero) esa actitud y esfuerzo para ser diferente dentro del ámbito en que nos movemos.
Conozco un caso reciente donde una sola persona, cansada de escuchar quejas de sus colegas de trabajo, implantó el «Plan Cero Quejas» e inició una propuesta de mejoras en lugar de sólo quejarse. El que se quejaba tenia que venir con una solución -o dos-.
Otro, al ver que su organización no estaba en un nivel de madurez que él pretendía, inició un cambio de actitud, solamente pensando en sí mismo y allí promovió, con el tiempo, el análisis de mejoras.
Estoy de acuerdo en que el cambio de comportamiento es el inicio. Siempre podemos hacer algo, a veces con un granito de arena diario.
un saludo y seguid con
El problema es que ahora se exige todo lo que se menciona de «empleabilidad» tan solo para mantener un estatus de clase media, siendo que mucho de este malabarismo constante antes solo era necesario si tu meta era ir avanzando.
Ahora resulta que para mantenerse se pide lo que antes era necesario para avanzar: masters, postgrados, cursos.
Me parece un debate superinteresante.
Estoy de acuerdo en que el panorama de nuestro país no está precisamente impulsando las iniciativas creativas. Pero: precisamente por esta situación, estamos viendo como todos los días despiden a gente que creía que su situación era más «estable», entendiendo estabilidad por la permanencia en un determinado puesto de trabajo.
En lugar de esto, mi humilde opinión es que un cambio de mentalidad sí que es necesario, de forma en que veamos la estabilidad como posibilidad de tener siempre un empleo. Puede gustarnos más o menos pero precisamente ser realista es aceptar que no podemos esperar que las empresas nos guarde por nuestro puesto de por vida. Y ahí es donde entra la voluntad de cada individuo por ser «competitivo».
Añado a esto un apunte: es verdad que sueños y realidad no son lo mismo, pero, es que para cambiar algo primero tendrás que querer cambiarlo ¿no? La energía para vencer una determinada inercia tendrá que salir de algún lado. Por ejemplo si ni me planteo montar mi propia pequeña empresa, difícilmente la tendré algún día.
Me ha gustado la idea del «plan 0 quejas»…
Unparau da en el clavo, hablamos, vendemos humo y ponemos como ejemplo al pequeño porcentaje de los que triunfan, muchas veces por factores, no tan relacionados con el talento.
Pero si analizamos, en el fondo no estamos aportando nada, el discurso de la empleabilidad, del fin del empleo fijo ya era manido en los 90. Se habla mucho de escuhar sin juzgar, pues escuchemos lo que dice Unparau, no contraataquemos directamente.
Hay una cosa cierta, uno de Madrid, no puede entender ni «empatizar» con uno que ha necesitado emigrar a Madrid. Creo que el que emigra ya piensa más en positivo, ya intenta diferenciarse de los que deja atrás. Pero al llegar, comienza un camino distinto, primero integrarse, que lleva su tiempo, y luego diferenciarse. Los que ya están, ya están integrados por lo tanto tienen que pasar por la primera fase. Sumemos a esto los costes económicos, afectivos y culturales del cambio.
Por otro lado, este cambio puede entendido al final como una oportunidad, una vez pasado el calvario de la llegada, y la adaptación. Al final tienes más perspectivas, más experiencias, bueno esto… Si todo sale bien. Si no, estás hundido.
La verdad es que muchos de los «aconsejadores» que conozco parten de unos buenos colchones sociales y económicos y aconsejan a aquellos cuya subsistencia pende de un hilo: arriésgate, fórmate,… Si consejos buenos, pero cuestan dinero, sufrimiento añadido, que otros no han necesitado gastar.
En cualquier caso, como medio emigrante, veo importante terminar bien para tomar fuerzas, y asumir que, a pesar de que en unos lugares (geográficos y sociales) hay más dificultades que en otros, la estabilidad no está asegurada y, por seguir con la metáfora matrimonial con que comienza el post, por muy bien casada que estés, deber seguir ligando, pues sino puede que olvides las artes de seducción que te pueden hacer falta si, a tu pesar te separas.
Debemos comprender al que se lamenta pues tiene un punto de vista tan real como el que está a salvo. Si, hay que pensar en positivo, formarse, diferenciarse, etc… Pero reconoced que cuanto más te alejas del bote salvavidas, menos se valoran los consejos de supervivencia. A mayor distáncia de nuestros objetivos, mayor desmotivación. Y esta distancia es psicológica. Por eso, el valor del humo a veces es hacer parecer que la distancia es menor para que la motivación no decaiga, para luchar a pesar de todo.
Contra toda dificultad, un individuo deber tener muy en cuenta sumar puntos para elevar su nivel de empleabilidad, eso es lo que nos dará más posibilidades en el futuro, sea como sea: formándose, viajando, relacionándose, etc…
Esto no quita para que algunos nazcan con la empleabilidad puesta, pero esto siempre fué así.
Se necesita ser creativo y crear una diferencia para posicionarse con estandares de calidad y buen servicio.
Hay que estar en sintonia con uno mismo y crear una balanza entre lo que se quiere y se piensa, ya que muchos quieren ser exitosos pero estan buscando excusas, quejandose de todo y de ese modo la proactividad esta nula para crear un mundo laboral mas dinamico y favorable donde la individualidad es el rey de la excelencia para lograr ser emprendedor y exceloente en lo que hace.
Si se puede lograr, solo hay que apagar el fuego del pasado y encarrilar una nueva vvida.
Mil gracias
Es verdad que cada región, cada país tiene su propia realidad, que para algunos puestos de trabajo solamente se necesita tener «contactos» y no se evalúa la capacidad, la formación profesional. Aún así, creo que los cambios llegan a lugares donde parecían inaccesibles y es ahí cuando uno comienza a darse cuenta en lo poco empleable que se ha convertido, cuando no se preocupó por invertir en su formación.
Formación y actitud requieren de nuestra inversión diaria para aumentar este capital propio.
Saludos!
Estoy de acuerdo en la enorme complejidad del debate…
Mi versión es la de un funcionario. Aunque nunca he estado de acuerdo con este tipo de contratos, cuando se me presentó la oportunidad de acceder a una plaza fija, ni me lo pense!!!. Sin embargo tengo claro que no es el mejor sistema, promociona la mediocridad. Solo os puedo decir que estoy haciendo papeles para pedir una excedencia e intentar trabajar en otro entorno más aireado. Ni siquiera la seguridad de trabajo puede compensar el ambiente de falta de motivación que también se potencia, y mucho!!!!, por la selección de directivos todos ellos apadrinados por fuerzas políticas y que alcanzan niveles cada vez más bajos de la escala laboral…pronto llagaran a puestos técnicos, en algunos casos ya estan ahí.
En este entorno la única forma de sobrevivir son los contactos, y sobretodo olvidarse de tener iniciativas ni de complementar la formación si no es por orden de tu superior. Yo tengo algun postgrado y algun master que he hecho de escondidas para que no me penalizasen.
La lealtad de los empleados ya no es una garantía, ni puede darse como supuesta. Las cosas han cambiado mucho y ahora mismo «la empleabilidad» que no es otra cosa que una de muchas batallas en la «guerra del talento», está dando paso innovaciones sin parangón en el mundo laboral.
Nuestros padres pasaban décadas en sus lugares de trabajo y nuestros hijos pasarán meses o años en alguna. Esto tendrá que hacer mutar a toda la estructura laboral conocida, si es que no lo ha hecho ya.
Saludos
SM
Me gusta la idea de «La persona se ha de preocupar de su formación y ser exigente con su propia empleabilidad». Pero obviamente si uno tiene un trabajo fijo, este aspecto «competitivo» puede relajarse. De «supervivencia» pasa a ser «carrera profesional» como una razón de seguir trabajando el aspecto de su empleabilidad.
Me genera una reflexión: ¿Qué hacer para que los trabajadores de la cooperativa – fijos -traten de mejorar permanentemente su empeabilidad si ya está en un puesoo donde ya está a gusto?
Un saludo.
Cada cual tiene su criterio a cerca de que es mejor , si tener la seguridad de un trabajo fijo (funcionario o similar) y no preocuparse por crecer profesionalmente o mantener y mejorar su empleabilidad.
Se elija lo que se elija, que la eleccion final no este motivada por miedos o cualquier otra emocion disfuncional. Una persona puede estar muy agusto en su puesto actual y no necesitar mucho mas laboralmente. Pero creo que cada cual debemos analizar profundamente cuales son nuestras verdaderas razones para permanecer siempre haciendo lo mismo.
Al igual que lo debe hacer tambien aquel que no se ve satisfecho con nada y necesita conseguir mejoras de posicion, de poder, de salario…….. cada vez mas grandes.
Yo estoy de acuerdo en que las actitudes que tenemos son importantes para abordar estos temas, bueno y todos en general. Algunas personas que somos de Regiones del Sur, todavía tenemos abuelos que nos cuentan como con creatividad e imaginación lograban salir en la postguerra de situaciones difíciles de hambre y penuria, la emigración a Alemania y Francia, etc. Desde luego los tiempos no son iguales, no se pueden comparar, no obstante cada tiempo tiene sus recursos y hay que explotarlos y desarrollarlos porque está claro que el que se mejor se adapte y evolucione con los tiempos, mejor le irá en todos los sentidos. Eso es algo que mucha gente todavía en el Sur, sobre todo en localidades pequeñas, no asimila. Yo hace un año pude comprobar como Altos Directivos, Jefes, por diversos motivos, perdieron su empleo y tuvieron que volver de nuevo a puestos más bajos, simples técnicos de proyecto. Los que habían mantenido una actitud con sus trabajadores más igualitaria, de tipo horizontal, se han adaptado perfectamente a su nueva situación y afortunadamente con muchos buenos amigos. Otros no han acabado de asimilar este retroceso y lo están pasando bastante mal. Supongo que en eso influirán, sin duda, sus actitudes. Al leer algunos comentarios se me ha venido la cabeza la vieja película de «Qué bello es vivir». Yo creo que es bueno imaginarse en la piel de los demás, sea cual sea su puesto o estatus social, para pensar que todas las personas partimos de buenas intenciones y queremos lo mejor para nosotros y los que nos rodean.
Un saludo a todos y especialmente a ti Pilar, por tu estupendo blog.
Pilar, coincido plenamente con tu nota, el S XXI es la era del conocimiento, y dependerá de uno ser empleable o no. Esto la Gen Y lo tiene muy en claro.
Con la globalización cambiaron todos los paradigmas, debemos tener mas capacidad heurística que algorítmica en las tomas de decisiones tanto personales como organizacionales.
Una posiblidad concreta que te evita el riesgo de perder trabajo es el Teletrabajo , En Red21.com empresa de Elearning con sede en Uruguay y socios en España trabajamos a distancia en las tareas de formación y también en tareas administrativas.
Muchas empresas españolas (por ejemplo todos las telefonicas) han tercerizado el servicio de atención al cliente hacia call centers que se encuentran en Latinoamerica. Para pesar de muchos españoles es una realidad de la globalización actual donde las empresas buscan los servicios donde estos se ofrecen a menor costo .
En el campo del trabajo IT sitios como http://www.guru.com ofrecen miles de trabajos en calidad de freelancers que se hacen a través de Internet. La cuesitón es que estos trabajos por encargo a veces son la puerta de entrada a un trabajo presencial .
Por eso todos tenemos que «abrir la cabeza» y si trabajamos en cualquier rama de las TIC u otras lo primero debe ser trabajar a través de la red. Hoy Internet no es solo información , es trabajo real desde tu casa o desde cualquier parte.
El trabajo tradicional puede ser volatil pero el teletrabajo es constante si encuentras una cartera de clientes y trabajas bien . Llevo mas de 12 años dando cursos a través de Internet y esto del uso intensivo de Internet recien comienza.
Saludos,
Diego Pérez
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Gracias por vuestros comentarios. Parece que ha levantado una interesantísima discusión, que agradezco enormemente.
Antonio, de acuerdo totalmente con el infatilismo que mencionas. Creo que nos excedemos muchas veces y es propio de nuestra cultura.
José Miguel, lo difícil efectivamente es el cambio de mentalidad, porque nos implica salir de nuestra zona de confort y que como dice Concha, la actitud individual marcará nuestra diferencia. Me gusta mucho esa frase, Concha.
Unparau, te agradezco tus palabras aunque matizo que no estoy diciendo que podemos llegar a donde nos apetezca. Eso no es cierto, pero entre ese punto al otro extremo, en donde “papá Estado” nos tiene que “sacar las castañas de fuego siempre” hay un trecho muy amplio. Y por desgracia, la actitud victimista y de culpar al sistema nos ha llevado a gran parte de lo que tenemos. Creo que es el momento de seguir sintiendo lástima por nosotros…. Además, todo el mundo lo ha pasado mal incluso los que parecen exitosos tienen muchas cicatrices en sus espaldas. Posiblemente, la actitud es lo que nos diferencia más allá del resultado que podemos alcanzar. Y como dice Concha de nuevo, es un trabajo personal.
Alberto, suscribo lo que dices de la creatividad, es aplicarlo a nuestra vida, a nuestro trabajo y por supuesto, a nuestra marca personal.
Oscar, qué buena idea de “Plan Cero Quejas”. Debería de ponerse en todas las empresas, familias, amigos… Estoy cansada de tanta queja con la crisis. Además, cuando había bonanza económica también existían quejas, ¿no será un problema de nosotros en vez del exterior?
Ernesto, no creo que la empleabilidad venga sólo de la mano de un nivel más avanzado de estudios, también es cuidar una red de contactos y tener iniciativa, por ejemplo.
Marta, me encanta la reflexión de para cambiar algo primero has de querer hacerlo. El lamento sólo nos conduce al mismo punto de partida y además, con más erosión.
Atejerina, tienes razón que emigrar no es fácil y no lo digo por experiencia, porque cuando estuve fuera de España no me sentí como tal. Pero tampoco lo tiene fácil gente que tiene discapacidades, provienen de familias destructuradas y personas que han tenido un trauma. Puesto a quejarnos todos tenemos muchos motivos para ello. Además, siempre me sorprende que se diga lo fácil que lo tienen unos. Y la verdad, no he conocido a nadie que realmente haya admirado en su vida profesional/personal que no se haya enfrentado a su propio dolor y que todo le haya venido regalado. Existe mucha fantasía del éxito pensando que unos lo tienen más fácil que otros (y aunque existen casos dificilísimos de cuna), tu entorno no es garantía de triunfo. ¿Cuántos “hijos de papá” no han llegado a nada?
Anónimo, la formación es constante… qué razón tienes.
Funcionaria, gracias por compartir tu experiencia. Te lo agradezco de veras porque muchas veces se plantea el funcionariado como la panacea cuando no se observa el otro lado de la moneda.
S.M., el mercado ha cambiado y nuestra mente también ha de hacerlo aunque cueste. Totalmente de acuerdo.
HDS, comparto contigo que la decisión es personal y ha de estar basada en los objetivos que cada uno quiera de sí mismo.
Esther, gracias por tus palabras y por traernos en el recuerdo la película “Qué bello es vivir”. Un claro ejemplo de cómo podemos reinterpretar todo cuanto nos toca sea lo que sea.
Diego, comparto contigo el gran cambio que está suponiendo Internet incluso para la empleabilidad y para nuevas formas de ver tu trabajo. Sospecho, además, que sólo estamos viendo la punta del icerbeg.
Gracias de nuevo a todos porque cualquier debate es enriquecedor y personalmente, aprendo mucho de las ideas que aquí se expresan. Gracias.
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