¿La gestión del talento hace falta ahora cuando parece que hay crisis en el mercado y la gente no cambia tan alegremente de trabajo? Desde mi punto de vista, ahora es más importante que nunca porque en estos momentos se requiere estar más cerca de los clientes y remar juntos en el misma dirección. Parece que nos preocupamos de las personas cuando hay rotación y nos afecta a la cuenta de resultados. Pero es ahora, precisamente, cuando las personas son más fundamentales para salir adelante tanto en las grandes empresas como en las pequeñas.
De estos temas estuvimos hablando el pasado viernes en la sesión que impartí en la Extremadura Business School, una nueva escuela de negocios que dirige Carlos Ongallo y está teniendo una extraordinaria acogida en la región. El seminario fue muy interesante porque estuvimos hablando del concepto del compromiso, el talento y el miedo (hicimos varias dinámicas) y me gustó la reflexión de una persona sobre que el compromiso no es necesariamente bidireccional como es el caso del amor a los hijos. Puede que en este caso no lo sea (aunque supongo que puede matizarse), pero en el mundo de la empresa es fundamental. Sólo nos comprometemos si previamente se han comprometido con nosotros. Y la dirección de las compañías es, además, la que ha de comenzar a hacerlo, sencillamente porque es la que tiene poder. Si se quiere compromiso y talento, el primer gesto debe comenzar por parte de quien tiene la autoridad
La dirección tiene la obligación de hacer sentir a todos los miembros de la empresa partícipes del proyecto empresarial. Cuando acudes al trabajo a cumplir encargos o mandatos no te sientes integrado en los objetivos de la empresa. Por eso es muy importante la transparencia en la información y la amabilidad en el trato. Para eso, los líderes no deben ser “miedosos” 🙂 ni los empleados recelosos.
Estoy con Concha. El sentimiento de generar una empresa integrada y fuerte es cosa de todo momento, y más aun en crisis, donde la confianza se disuelve entre los miedos de crisis.
No puedo estar más de acuerdo con lo decís. Cuando uno se siente que parte de un proyecto, presenta menos barreras a cualquier cambio y está más dispuesto a asumir retos. Pero para ello implica un cambio de mentalidad de los directivos que aparentemente no es fácil porque parece que uno pierde poder… aunque realmente, lo está ganando.
Las personas están con mucho miedo a perder su empleo por causa de la crisis. Eso hace que se pierda mucha productividad, en parte por la pérdida de tiempo entre rumores y previsiones que hace cada empleado y por otro lado en la parálisis que genera este temor.
Si la empesa se encuentra en una situación en la que no le queda otra opción más que reducir la plantilla, este miedo se convierte en real y retroalimenta un círculo vicioso inevitable.
Creo que la gestión de talento en estos momentos dificiles necesita anclarse mucho en la comunicación clara de los pasos que seguirá la empresa y una rápida acción para llevarlos a cabo. Asi se suprime el fantasma del despido que hace que muchas personas no puedan desarrollar bien su potencial.