«La empresa es una dictadura» ha sentenciado Koldo Saratxaga, máximo responsable de la empresa Irizar, perteneciente a MCC, en una reciente entrevista. Saratxaga tiene en su curriculum haber tomado las riendas de una empresa fabricante de autobuses que estaba en crisis y posicionarla como referente mundial y como caso de estudio en la Universidad de Harvard. Para él, la clave está en el modelo de relaciones laborales. “La empresa del futuro, que es la de la innovación, la creatividad y el conocimiento, exige que los trabajadores sean partícipes reales del proyecto y se sientan motivados». Casi nada.
Quienes hemos escuchado a Koldo sabemos que cuando habla lo hace desde la pasión y el más puro convencimiento. No son palabras bonitas, sino también hechos reales como el establecimiento de un máximo de cuatro niveles salariales, el reparto equitativo del 30% de los beneficios y un comportamiento ético que obliga a todos a la transparencia.
Dice Koldo «la empresa es uno de los raros reductos de dictadura que quedan en las sociedades democráticas y está pidiendo a gritos transformarse en espacio de libertad y de bienestar». Y qué razón tiene. Las primeras empresas que se constituyeron tomaron como referencia los modelos organizativos militares y eclesiásticos de entonces. Eran modelos que servían, porque lo que importaba era que la gente obedeciera sin más. En la actualidad, perder un gramo de talento en la empresa es un lujo que ninguna compañía puede permitirse. Ya no tiene sentido que se emplee el ordeno y mando si lo que se quiere es iniciativa e innovación. Ni tampoco tiene sentido estructuras organizativas piramidales si lo que se busca es crear valor al cliente y ser competitivos en el mercado. Pero uno de los principales frenos para el cambio está en los jefes. Como dice Koldo, éstos “están agobiados de trabajo porque no quieren ceder el poder de decisión. Tienen miedo y por eso se dedican a controlar, en lugar de estimular, facilitar y responsabilizar»… Una vez más, el miedo.
Hola Pilar,
Felicidades por tu blog. Tan sólo dos cosas:
¿Por qué no cambias la estructura de los permalinks de
«http://www.pilarjerico.com/blog/?p=96» a «http://www.pilarjerico.com/blog/la-empresa-es-una-dictadura»?
Imagino que lo sabes pero se tarda sólo tres segundos con una opción de WordPress y ayudarías a los lectores a encontrar más facilmente tus artículos en Google.
Otra cosa ¿Para cuándo nuevo libro?
Un saludo!
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Así es, Pilar. El miedo es “desintegrador”. Cuando pienso en el caos actual lo veo a diferentes escalas: familia, empresa, mundo, y el caos interior, el “culpable” de todos los demás.
Hace poco leí una entrevista a Chopra, en la que mencionaba que estudiosos del evolucionismo afirman que la etapa de la supervivencia del más apto ha de dar paso a la de la supervivencia del más sabio. Las relaciones de lucha (confrontación, competición) han de dar paso a las de simbiosis. Es decir, la evolución desde el mundo del hacer hacia el del saber. La sabiduría como salvación del caos actual.
Gracias, Pedro, por el comentario. Veré cómo se hace.
Y, Concha, qué puedo decirte más que estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas. Me gusta mucho la reflexión del ser y de la sabiduría de Chopra. Una idea muy bonita.
Un fuerte abrazo,
Pilar
Hace poco que me compre tu libro y es realmente interesante. Comparto tu misma visión y creo, en términos generales, que las empresas exitosas del futuro tendrán que seguir esta actitud de no miedo.
Acutalmente tengo un jefe generador de miedo y con mi habilidad genuina y creativa intento saltarme sus obstáculos. De hecho estoy más valorado fuera del departamento por mis habilidades creativas e ideas. Lo cual hace presionar a mi jefe miedoso. Ser creativo en un entorno de miedo es difícil.
Un saludo!
Y tanto, David. La creatividad se da de bruces con el miedo. El miedo es control, mientras que la creatividad es romper formas establecidas. La buena noticia es que se sepa de tu habilidad fuera del departamento.
Mucho ánimo.
Actualmente vivo en esa dictadura, más bien yo lo considero secuestro laboral. Apuestas por una empresa con reconocimiento institucional en «artes» de recursos humanos y cuando estas dentro te das cuenta que solo es fachada y que detrás hay una dictadura y humillación hacia el trabajador constante. Y el caso es que el miedo aterroriza a toda persona interna de esta empresa y te dice que todo va muy bien y que es lo que hay. El que se mueve va al paredón de fusilamiento… miento, abren la caja de torturas para sin dejarte ir, matar el talento que quieres sacar.
Y en que te ayuda la Ley???? Donde está la defensa ante estas dictaduras??? Se oye mucho hablar de lo caro que son los despidos… pero y el quedarse sin nada cuando alguien descubre que ha sido engañado???