Pocos temas levantan tanta expectación como el del liderazgo. Hay millones de entradas en Google, cientos de cursos y de libros, algunos de ellos proponiendo claves para desarrollarlo al más puro estilo de un recetario de cocina. Y sin embargo, continua siendo una asignatura pendiente en las organizaciones (en España, de hecho, estamos en el puesto veintiséis en calidad directiva según el Foro de Davos) y posiblemente sea el aspecto que más influye en el desarrollo del talento de los profesionales, en la consecución de resultados y en el aislamiento del miedo, como comentábamos en el anterior artículo.
Para abordar un tema tan amplio, debemos comenzar con una primera matización: Posiblemente no sea correcto hablar de liderazgo, sino de líderes. La condición necesaria del líder, que no suficiente, es que éste tiene seguidores. Eso significa que ser reconocido como líder no implica convertirse en una mezcla de John Wayne y Albert Einstein, como dicen Jonas Ridderstrale y Kjell Nordström, autores de Karaoke Capitalism. La esencia del líder es mucho más sencilla, aunque no por ello más simple. Mientras que los gestores cuentan con equipos a su cargo que les obedecen, el líder está con personas que quieren seguirle, lo que tiene muchas implicaciones: La primera, cualquiera de nosotros hemos podido y podemos ser líderes en determinados campos o áreas (un gran alivio). La segunda implicación importante: El liderazgo es una cuestión de emociones, de hecho, los mejores líderes que he conocido, en opinión de sus colaboradores, tienen un punto en común, profundidad al cubo: un profundo conocimiento de la persona, un profundo conocimiento de sus puntos fuertes y débiles e inspiran una profunda confianza. Los colaboradores quieren seguirlos no sólo por una decisión racional, sino también emocional. Y, por último, hay tantos tipos de líderes como de equipos liderados. Hay líderes cuyo punto fuerte es el conocimiento experto (como Gil Grissom de CSI Las Vegas, si tomamos una referencia televisiva), otros se basan en sus redes de influencia y otros tipos, en el carisma personal (como el archiconocido Jack Welch, ex Presidente de General Electric). Posiblemente, este sea el más admirado aunque, como hemos visto no el único. En cualquiera de las clases de líderes, hay aspectos en común y posiblemente uno de los más importantes sea la capacidad de comunicación.
En una organización la comunicación ha de ser constante en todo momento, si queremos evitar lo que sucede con el juego del teléfono estropeado, en donde el primero comunica algo al segundo y así sucesivamente, hasta que al último le llega un mensaje completamente distorsionado. ¿Es muy diferente a lo que sucede en su organización? Para que la empresa no sufra una comunicación parecida a la del teléfono estropeado el líder ha de comunicar y comunicar constantemente, y asegurarse de que se le entiende. Si no, le puede estar pasando como a James Cook. Dicho capitán inglés descubrió el continente australiano en 1770. Cuando desembarcó para inspeccionar el terreno, vio un extraño animal dando saltos. Preguntó a los aborígenes cómo se llamaba. Kan-ga-roo, le dijeron. Y así lo bautizó, kangaroo (canguro). Años después, los filólogos analizaron el idioma de los nativos del lugar y comprobaron que kan-ga-roo significa «no te entiendo». ¿Cuántos kangaroo van saltando diariamente por las empresas?
La comunicación constante puede llegar a ser agotadora, pero es muy rentable. Se comunican emociones, se transmiten los valores y la cultura de la empresa y se disminuye el tiempo perdido que pasan los profesionales en los pasillos en busca de información. No olvidemos que el ser humano, según los psicólogos, es un informívoro (devorador de información). Si los líderes no la proporcionan, los profesionales iran a buscarla a la mejor fuente alternativa, los rumores, que son siempre directamente proporcionales a la opacidad de la organización.
Así pues, para desarrollar la capacidad de liderar equipos, independientemente del tipo que deseemos (o podamos) emular en cada momento, una de las piezas importantes es saber comunicar: Comunicar lo que queremos, comunicar lo que pensamos y verificar que los otros nos han entendido, por supuesto.
Pilar, me ha gustado tu reflexión. Con el tema del liderazgo y sus conceptos relacionados me pasa a veces como a los aborígenes, que no lo entiendo demasiado. Como bien dices todo el mundo habla y retoriza sobre el asunto y todo el mundo lo define como lo considera conveniente, así que todos los profesionales directivos que nos parecen buenos acaban siendo calificados como líderes de una forma u otra, como dices, bien por conocimiento o por manejo de redes sociales, por ejemplo. ¿No te parece que hay un sobreuso del término?
Un abrazo. 🙂
Hola Pilar,
Tienes toda la razón cuando dices: «hay tantos tipos de líderes como de equipos liderados» . Además, yo diría que el líder necesita estar en el sitio adecuado, en el momento justo para la organización… y para él/ella mismo!
Cuando ves candidatos durante años, frecuentemente identificas actitudes y competencias que sólo necesitan acumular experiencia, para hacer que la persona se sienta segura de manera natural y aflore ese reconocimiento del liderazgo. También tienes razón al decir que no valen recetarios de cocina!
Un abrazo,
Yo pienso que el concepto de líder no termina de cuajar porque la gente no lo ha comprendido aún y porque tienen un concepto errado de la palabra. La cultura (o su falta) ha ayudado mucho a esa desconceptualización del término «liderazgo» dándole una forma abstarcat que todos desean portar pero que pocos saben llevar. Lo peor es que sigue hablando y hablando pero no se termina de concretar; así que por muchos libros que se publiquen seguiremos dando vueltas en espiral, como la cinta de moebius…
SM
Una reflexión realmente interesante, Pilar. Supongo que la dificultad para comunicar bien también guardará mucha relación con el miedo, ¿no? ¿Qué puede pasar si digo abiertamente lo que quiero, o lo que pienso?
No había visto tan clara la conexión entre liderazgo y capacidad de comunicar hasta que he leído tu post. Pensando en las personas que conozco, es verdad que la comunicación marca diferencia en los niveles de liderazgo. Y creo que uno de los elementos esenciales es la autenticidad.
JM
Estoy de acuerdo con que una de las claves es la comunicación. Pero cómo transformamos eso en una herramienta más tangibilizable que podamos dar a los directivos que quieren liderar. ¿Tenemos que dejarlo todo a su intuición? Reuniones semanales con el equipo, reuniones individuales cada mes, comunicados, tecnologías, emails… nada de eso parece hacer mucho por la comunicación de una organización. ¿Qué más nos queda aparte de concienciarles de la importancia de comunicar de forma clara y honesta?
Tienes razón, incluso cuando dices que a veces es agotador comunicar. En cualquier caso tampoco hay que caer en el exceso de comunicación, ya que provoca descomunicación o infoxicación.
Como tu dices es una cuestión de saber comunicar, lo que toca, cuando toca, en su justa medida, sin aburrir, con respeto, con pasión, implicación, dando ejemplo, etc.
Hola Pilar.
Se puede ser jefe pero no líder, media un abismo.
El líder conoce sus limitaciones y se rodea de los mejores. Por eso no necesita de demasiada información.
Un saludo.
Un placer el haberte podido saludar. Me he quedado con varias preguntas, una de ellas qué tal en Harvard, yo planeo enviar una solicitud para el MBA, ahora en Marzo voy a ver el campus. Si sigues en valencia y te apetece te invito a comer y hablamos.
Un abrazo
Quique
Pilar, este comentario es muy cierto y real. Nos faltan lideres creativos, personas que movilicen por el solo echo de estar frente a nosotros y contagiarnos sus ideas. Vi este mismo articulo de Liderazgo en la Revista Gestión Diciembre Argentina. Casualidad?
Buenas noches Pilar,
Tu conferencia del jueves 26 fue un gran regalo y un hermoso ejemplo de cómo el talento individual puede hacer maravillas puesto al servicio de los demás. Gracias.
Creo que, al menos en algunos sectores de nuestro pais, el lider además ha de hacer frente a un miedo externo que es el miedo al talento ( posiblemente también de origen cultural) reñido con ganar la confianza de los demás. Esto puede originar en el lider lo que los especialistas en inteligencia llaman «miedo al éxito». ¿cómo superarlo?
Un saludo LiderA.
qiero saber cuanto pueden saltar no de qee color son