Imagina que pudieras memorizar las cartas de una baraja colocadas aleatoriamente en noventa segundos, o una secuencia de más de cien dígitos en menos de cinco minutos. ¿Imposible? No, Chester Santos ha sido capaz de hacerlo, lo que le ha supuesto, junto a otras pruebas, convertirse en el campeón de memoria en Estados Unidos hace unos años. Y lo que lo ha hecho posible ha sido el entrenamiento, algo que todos en mayor o medida podemos hacer para recordar mejor las cosas según Wendy Suzuki, directora del laboratorio de investigación de Nueva York. Veamos cómo conseguirlo en cuatro fáciles claves.
Otra clave para recordar cosas nuevas es la asociación. Según la conferencia TED de Chester Santos, este es su truco cuando memoriza una lista de nombres como, por ejemplo, mono, pesas, casa… En vez de fijarse en la palabra, crea una historia que le ayuda a recordarlo, tipo “el mono está haciendo pesas en una casa…”. La asociación puedes llevarla a tu día a día de muchos otros modos, como a la hora de recordar los nombres de personas que acabas de conocer, algo que, por cierto, solemos olvidar con facilidad según ha demostrado la ciencia (una buena explicación para no sentirnos mal con nosotros mismos). Por ello, el truco es asociar cada nombre a una persona que ya conoces anteriormente. De este modo, cuando te presentan a Juan, por ejemplo, evocas a un amigo tuyo que también se llame así. Si aplicas este pequeño truco, muy posiblemente te resulte más sencillo acordarte de su nombre.
La resonancia emocional es otro de los pegamentos de la memoria. Seguro que recordarás qué estabas haciendo cuando supiste lo del 11S o cuando te dieron una noticia que te sorprendió, o un momento en el que disfrutaste muchísimo. El motivo se debe a la amígdala, la zona del cerebro emocional que tiene la cualidad de registrar sensaciones intensas. Por ello, todo aquello que hayas vivido con intensidad emocional te será más fácil de memorizar, como una asignatura que te gustara mucho en el colegio o la visita que hiciste a algún lugar que te fascinó. Así pues, en la medida en que algo te guste, incluirás emociones y te resultará más fácil memorizarlo.
Y por último, el cuarto truco es la novedad. Lo nuevo atrae a nuestro cerebro y lo recuerda. Esto se debe también a la resonancia emocional que nos despierta. Por ello, resulta más fácil recordar los nombres anteriores del ejemplo de mono, pesas, casas, etc., si la historia que construyes es sorprendente o descabellada. Un mono haciendo pesas no es muy habitual, sin duda. Podríamos decir que a nuestro cerebro le gusta divertirse un poco. Por ello, si utilizas también tu imaginación y creatividad a la hora de escribir las cosas que no quieres que se te olviden, se lo pondrás más fácil a tu memoria. Le es más fácil recordar palabras decoradas o pintadas artísticamente que recogidas en un documento de Excel.
En definitiva, la mayor parte de los mortales deseamos tener mejor memoria. Como dicen los expertos y los científicos, esta puede entrenarse si somos capaces de repetir lo que es nuevo, de asociarlo a conceptos que ya conocemos, de vincularlo a emociones y de jugar con la novedad.