Ferrari ha ganado el Mundial y ha demostrado una vez más que el único talento que alcanza resultados es el del equipo. Durante meses se han hecho apuestas por Hamilton y Alonso y las discusiones de McLaren han saltado a las primeras páginas de los periódicos. Mientras, Ferrari iba poco a poco ganando puntos, haciendo una estrategia silenciosa pero efectiva y evitando el desgaste interno. El punto final ha sido una demostración de que sólo el talento aporta valor cuando juega a favor de un equipo. En las empresas a veces se contratan grandes promesas para alcanzar resultados. Sin embargo, pasado un tiempo no terminan cuajando como era de esperar. Y el motivo es muy sencillo. El talento sólo se considera como tal si es capaz de aportar al resto de los compañeros. También se ha visto en el fútbol en la época casi olvidada de los galácticos. Grandes estrellas, pero que no había manera de que jugaran en equipo y ni mucho menos de que ganaran un título. Probablemente, uno de los principales retos del trabajo en equipo es la gestión de los egos. Si todos quieren aparecer en la foto como ganadores, nadie hará el trabajo más oscuro, pero absolutamente necesario.
El talento, además, no es universal, como ya hemos dicho en alguna otra ocasión. Un gran corredor de Fórmula 1 o un profesional no tienen por qué tener el mismo resultado si se les cambia de entorno. Hace ya años uno de nuestros filósofos más internacionales, Ortega y Gasset, dijo “yo soy yo y mis circunstancias”. Y en la gestión del talento es de perfecta aplicación. Las circunstancias definen qué personas tiene talento para una organización o una escudería. Y las circunstancias, una vez más, han demostrado que sólo se gana en equipo, incluso en la Fórmula 1.
Lo siento por Alonso, pero me alegro por Ferrari.
Yo en su día me pregunté porqué Alonso, con los buenos resultados que había obtenido con Renault, el buen equipo y la estupenda escudería que tenía, se marchó a otra. Yo creo que a través de los medios de comunicación todos pudimos comprobar los enormes esfuerzos que Renault hizo porque Alonso fuera líder.Para ser francos, Alonso pedía por su boquita de piñón y los mecánicos de Renault le colocaban lo último de lo último en su Formula 1. La marca se volcó en publicitar su imagen en todo modelo de coche que sacaba.El color azul se puso de moda en todos los hogares de España, ¿quien no tenía la típica gorrita o camiseta azul de Renault de Alonso? (por cierto que en eso del Marketing y la publicidad hay que reconocer que son bastante buenos).Eran el binomio perfecto, ambos marca y piloto, se comprometieron en una misión y en un objetivo y se lo creyeron hasta el final.
El otro día me pareció que se rumoreaba que Alonso volvería con Renault la próxima temporada. No sé si son especulaciones de los medios o hay algo de veracidad en esto. Pero si ambos reconocen sus errores y se comprometen de nuevo con una buena estrategia, que tiemble de nuevo Ferrari…bueno puede que ya estén temblando sin nosotros saberlo…Por supuesto, no hay que decir, que yo también me alegré por Ferrari y por Raikonen, que al igual que tu coincido que se lo tienen muy bien merecido.
Puede que a Alonso le haya venido muy bien este tercer puesto.A todos nos viene bien en nuestro trabajo reflexionar cuando no llegamos a los objetivos que nos proponemos.De estas experiencias se aprende mucho.
Supongo que a Alonso le debía de tentar estar con McLaren que con Renault por el prestigio histórico y luego, ya vemos lo que ha pasado. Eso me recuerda cuando a alguien lo ascienden de técnico a jefe. En algunos casos, esa persona está muy orgullosa durante los primeros meses -todos tenemos nuestro ego- y sin embargo, es el camino para la frustración. No todo el mundo encaja ni en todos los puestos, ni en todas las organizaciones. Como bien dices, Esther, deberíamos reflexionar sobre lo que hacemos.
Un beso
El caso mclaren ha sido una bonita lección de mala gestio del liderazgo dentro de un equipo. Sin duda va a ser un buen caso de management.
Sí, Javier, supongo que más de uno nos servirá como ejemplo.
Un cordial saludo
Espero que alguna Escuela de Negocios tome esta esperiencia como un ejemplo de falta de liderazgo y mala gestión del talento interno de los colaboradores. Mr. Ron Dennis ha perdido todo, Campeonato de constructores, pilotos, y lo más importante, credibilidad. Ya desde Monaco se vió la jugada, pero como si de la ruleta francesa se tratase apostó por negro y al final salio rojo. Un lider debe de saber manejar los momentos de crisis de forma que esta termine aportando algo nuevo, una nueva visión de la situación real. Aquel que no quiere darse cuenta de la realidad en la que vive dificilmente podrá tener un punto de vista diferente y más amplio. Mr. Dennis, según mi humilde parecer, ha tenido este problema. No supo controlar los egos desmedidos y las presiones externas (los padres es lo que tienen) de uno de sus colaboradores por mucho talento que tenga. Hablando de talento, ¿como se las arreglarán este año sin las ayudas a la conducción?. Esta temporada era Alonso quien marcaba los reglajes, pero su talento ya no está disponible ni tampoco la tecnología, ahora es cuando se verá si hay talento o no dentro del equipo.
Excelente blog Pilar. Un saludo.
Oscar Rodriguez (MDRRHH- UC3M)
Hola Óscar:
Gracias de nuevo por tu comentario y sí, este año será una prueba de fuego para Alonso y veremos si el talento es de equipo o no.
El tiempo lo dirá.
Y me gusta la metáfora de la ruleta.
Un abrazo
Pilar:
Mi lectura sobre quien ganó y quién perdió es un tanto distinta de la tuya.
Por un lado comparto tu opinión de que el objetivo de ganar el campeonato mundial de la Fórmula Uno McLaren no lo consiguió.
Sin embargo la polémica desatada entre Alonso y Hamilton ocupó importantes lugares en la prensa internacional, más allá de la especializada del la propia Formula 1.
Si bien no se consiguieron los objetivos propuestos por el grupo de trabajo, creo que la escudería logró llamar la atención y creó una incertidumbre que puede traerle beneficios interesantes. Yo creo que en todo error queda latente una oportunidad…
Un abrazo