Un equipo de científicos colocó a cinco monos en una jaula y, en su interior, una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía a la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre el resto. Después de algún tiempo, cuando algún mono intentaba subir, los demás se lo impedían a palos. Al final, ninguno se atrevía a subir a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos.
Lo primero que hizo el nuevo fue subir por la escalera, pero los demás le hicieron bajar rápidamente y le pegaron. Después de algunos golpes, el nuevo integrante del grupo ya no volvió a subir por la escalera. Cambiaron otro mono y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Cambiaron un tercero y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fueron sustituidos.
Los científicos se quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos. Ninguno de ellos había recibido el baño de agua fría, pero continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a los plátanos. Si fuese posible preguntarle a alguno de ellos por qué pegaban a quien intentase subir a la escalera, seguramente la respuesta sería:
«No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así».
Tomado del libro: NoMiedo.
Es sólo una historia un realmente fue un experimento científico?
El miedo al cambio impide progresar; pero la mayoría de las veces tiene su por qué aunque no lo sepamos. Hay que salirse del escenario, de la mente, de uno mismo………….
Sólo así destruiremos el miedo.
No puide evitar reirme con tu post…perdona que me ría aunque considero que hablas de un tema muy serio, pero es que he trabajado en empresas (o departamentos) en donde las cosas funcionan exactamente igual pero sustituyendo los monos por empleados…
Es curioso que ese experimento real (@victor_san_juan) lo haya escuchado dos veces en pocos días: en esta bitácora y en las jornadas de ‘Hoy Es Marketing’ del ESIC en Zaragoza la semana pasada. Es sorprendente que el miedo o resistencia al cambio justifique actitudes de ese tipo, que la masa marque nuestros actos con bastante frecuencia en detrimento de la razón y que haya dichos en este bendito idioma que no se equivocan (¿Dónde va Vicente?, donde va la gente). Nos leemos.
Es buenísima, la historia y un experimento bien hecho.
Me he reído mucho.
Al fin puedo dejar un comentario.
Felicidades por el new design, me gusta.
Muchas gracias por vuestros comentarios… la página ha costado pero por fin está abierta.
Recogí este experimento en el libro de NoMiedo y no llegué a identificar la fuente. No obstante, creo que todos lo hemos visto reflejado en nuestras empresas 🙂 Cuanto más leo de monos, más me doy cuenta de lo monos que somos.
Un abrazo
Muy interesante el ejemplo. Las circunstancias cambian, si seguimos haciendo lo mismo estamos condenados al fracasa. Lo que no sabía es que era cosa de nuestro ser animal.
Un saludo.
Buenísimo. Tengo que pensar algo sobre esto este fin de semana y escribir, A qver qué sale.
Un beso Pilar.
Efectivamente es el miedo a reverlarse, cuando llegamos a un lugar nuevo, un trabajo, un bar, un restaurante, otro pais… aceptamos las cosas como están sin preguntrarnos ni plantearnos si está bien o mal, simplemente aceptamos. Los que se saltan las reglas y «reciben su paliza» pero se las siguen saltando, son los que terminan «inventando la rueda».
Y sí… y al final, este miedo termina con monos apaleados y plátanos podridos.
Una pena
Muy muy genial!!!
que loco experimento!
Gracias por publicarlo!
me gusto, muy cierto somos monos y seguimos a las masas sin saber el verdadero porque creo q algunos hemos sido los monos golpeados para despues ser los golpeadores.