Estos días he participando en el curso del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y en los cursos de ascenso a Comisarios de la Policía Nacional para el desarrollo del liderazgo. En ambos casos llevamos a cabo un taller de trabajo sobre el NoMiedo, es decir, cómo habían superado los miedos a los que ellos se habían enfrentado (les agradezco a todos ellos su participación). Tuve la oportunidad de escuchar experiencias de personas que habían estado infliltrados en grupos terroristas o que habían dirigiendo maniobras en el Golfo Pérsico,  en Líbano y en Afganistán – lo que ellos llaman operaciones reales-. Y he de reconocer que aprendí mucho y que pude constatar algo que había identificado en entrevistas: Las técnicas para afrontar los miedos en situaciones muy complicadas son las mismas que cuando nos enfrentamos a retos menos peligrosos… aunque, evidentemente, el grado de adrenalina no es ni mucho menos el mismo.

De entre todas las técnicas, la más mencionada fue la del aprendizaje previo. Cuando le pregunté a personas que trabajan desactivando bombas o minas sobre cómo lo hacían, ellos me dijeron: «Lo hemos hecho tantas veces que actuamos de forma mecánica sin pensar en las consecuencias que pueden ocurrir». El aprendizaje y la repetición dejan una huella en nuestra memoria que nos ayuda a salir airosos de situaciones difíciles. La mejor manera para superar el miedo es la acción con sentido (sin caer en la técnica del jamster que gira sin más). De hecho, lo mejor para superar el temor a hablar en público es hablando. Lo mejor para afrontar una situación en la que no te atreves a tomar una decisión, es mirándolo a la cara y haciendo algo.

Por supuesto hay más técnicas para superar el miedo (y en cada situación y persona se requiere una diferente) pero probablemente, el aprendizaje sea una de las que más ayuda a casi todo el mundo.

Imagen tomada de: http://futurospolicias.webcindario.com/