Pequeñas grandes cosas es el último libro de Albert Figueras, publicado en editorial Plataforma. Me ha encantado, como dije en otro post. Albert analiza los pequeños placebos personales, como tocarnos, reír, estar con los amigos, hacer el amor… aunque, como menciona en La Contra de la Vanguardia, no valen las listas ajenas. La clave está en una hormona: La Oxitocina. Es la hormona de los lazos sociales, ayuda a reducir el miedo, refuerza el apego; en otras palabras, crea una especie de adicción propia del enamoramiento o de las relaciones sociales altamente satisfactorias. Esta hormona es la que explica por qué cuidarnos, cierta música, el contacto físico (los masajes, las caricias) o las conversaciones interesantes nos reducen los niveles de ansiedad y de percepción del miedo. Y hay otra idea muy interesante. Desde el punto de vista químico, la sensación de bienestar o felicidad permanente no es algo constante, ya que dejaríamos de percibirla por agotamiento neuronal. Así pues, según se desprende de los estudios que menciona Albert, lo ideal es cultivar esas pequeñas grandes cosas que nos hacen sentirnos vivos y realizados. Me gustan especialmente las últimas palabras del libro:
La esencia de la felicidad no está en buscarla desesperadamente ni en lamentarse por no encontrarla; sino en vivir intensamente el presente procurando no caer, cuando lo es, en la telaraña pegajosa del pasado ni en los brazos del humo del futuro.
Y el presente tiene olores, sabores, risas, lágrimas, caricias, golpes pero, sobretodo, palabras y personas.
El presente tiene Vida; ¡no se olvide de vivirla!
Una maravilla de libro, de fácil lectura, muy interesante en ejemplos científicos y escrito con mucha sensibilidad.
Hola Pilar:
Creo que la oxitocina es sinónimo de placer y para placeres el acariciar, dejar que nuestras manos se pierdan en la inmensidad de un cuerpo y poder ver la excitación fluir de éste.
Lástima que en las farmacias no vendan la oxitocina.
Un abrazo y gracias por tú blog.
Claro: Pilar; lástima que hayas tenido que ir a Bombay y leer un libro para darte cuenta.
Lo que ocurre es que nos hemos olvidado de lo más importante: vivir. El «business» y la sociedad de consumo nos llevan a otros planteamientos en los que incluso las relaciones personales se hacen negocio (vease, por ejemplo, la industria pornográfica). Sentir es la clave de la felicidad; estoy de acuerdo con el autor.
Otro de mis grandes autores de referencia: Roberto Carballo; publica hoy un post con ideas muy parecidas, aunque mucho más centrados en el mundo empresarial: http://www.robertocarballo.com/2008/01/08/innovacion-social/
Saludos.
Pilar:
Tu aportación me permite entender las reacciones de las personas con las cuales interactúo. Ser conscientes de nuestro impacto en los demás nos permite preveer actitudes, descubrir inteciones, profundizar motivaciones. Esto, a mi modo de ver es un arte, y como todo arte cuanto más se ejercite mas se perfeccionará.
Espero encontrar formas de hacer que las personas que me rodean liberen oxitocina, ya que creo que de esa forma se mostrarán sinceramente como son y podré conocerlas y aprovechar lo mejor de ellas.
Saludos
Me hubiera encantado ir a Bombay, José Manuel, pero me temo que hoy por hoy me he quedado con el libro.
Sería maravilloso, Mariano e Isis, que tuviéramos como objetivo ayudar a liberar oxitocina a otros y a nosotros mismos.