Ayer tuve la oportunidad de dar una conferencia con Pepu Hernández, como decía en otro mensaje. Me gustó mucho su presentación. Habló de la importancia de hacer equipo, del respecto, la confianza y la generosidad. Lo más me gustó de su discurso fueron las estrategias que habían hecho posible poner en práctica esos tres conceptos. Por ejemplo, en la primera concentración del equipo no se habló nada de baloncesto. Lo importante, según Pepu, era crear un ambiente relajado. Otra estrategia que mencionó fue que escogió a los doce jugadores y a dos más que iban a acompañar al equipo, pero que en ningún momento su intención fue preseleccionar a algunos más, hacer una competeción entre ellos y luego escoger a los mejores. En la medida que hizo la elección primero, consiguió rebajar los niveles innecesarios de competitividad.
Esto último me parece especialmente importante en un mundo con tanta presión por los resultados. A veces las organizaciones se empeñan en crear competitividades absurdas (como a través de evaluaciones donde se obliga a los jefes a clasificar a la gente de su equipo en un ranking) que lo único que consigue es minar el compañerismo y la energía de las personas. ¿No es tan importante crear equipo? Quizá alguna empresa tendría que tomar el ejemplo de Pepu y que le permitió ganar un Mundial de Baloncesto.