Hace unos meses escribí la cita de Confucio que dice:
Encuentra un trabajo que te guste, y no volverás a trabajar ni un sólo día de tu vida.
Aunque suena muy bien y estoy de acuerdo, creo que el hecho de que nos cueste regresar al trabajo, aparte del horror de los atascos, los madrugones y demás cosas que sufrimos en las grandes ciudades, hay algo relacionado con los hábitos. Nos acostumbramos rápidamente a nuevos hábitos, máxime si son placenteros. Necesitamos los hábitos porque nos permiten crear espacios para hacer otras cosas, aunque sea disfrutar del sol. La necesidad de los hábitos está relacionada con las resistencias al cambio que se viven en el día a día en las organizaciones. Y no lo olvidemos, el ser humano es un ser de costumbres (algunos más que otros, también hay que decirlo).
Así pues, desde este enfoque el síndrome postvacional está relacionado con la pérdida de unos hábitos placenteros y la adquisición de otros que no nos hacen tanta gracia. En cualquier caso, para todos aquellos que lo sufran hay que decir que según las teorías de nuestro cerebro de Sapolsky profesor de Standford, si viviéramos en playas paradisíacas con unos hábitos muy saludables la mayor parte de la gente al final acabaría aburrida y deseando algo diferente. Los hábitos están muy bien, pero también necesitamos alguna sorpresa de vez en cuando para vivir el baile hormonal que nos hace sentirnos vivos.
Hola Pilar, en este tema hemos compartido viñeta aunque diferimos un poco de opinión sobre la existencia de un sindrome¡ 😉 http://tinyurl.com/6h7l83
Eso sí, me parece muy acertado centrar la causa de estos problemas post y pre vacacionales en el cambio brusco de hábitos¡ Un saludito.
Me gusta el enfoque que le has dado al tema porque creo que centra mucho el debate.
Parece claro que notamos «algo» cuando nos reincorporamos a nuestros hábitos rutinarios después de disfrutar de otros hábitos algo más «extraordinarios».
Pero para mí esto es simplemente el proceso natural de adaptación que todo cambio lleva asociado.
Evidentemente cuando el cambio es a mejor se nota menos que cuando no lo es, pero de ahí a convertir la adaptación al cambio en cuasi-enfermedad me parece que es sacar las cosas de quicio.
JM
Hola Pilar…este tema ya lo hemos comentado varios blogueros en la blogosfera (http://tinyurl.com/6h4j5b)…Estoy particularmente de acuerdo en que se profundice sobre el tema desde un punto de vista más científico, como lo has hecho tú, debido a que al parecer hay personas que reniegan del concepto y por ende de la existencia de este tipo de síndromes. Incluso hay quienes lo consideran una especie de locura colectiva… Pienso que cuando la gente teme, no entiende o no padece de algo en concreto, pasa por desacreditarlo… Pero en este caso si no fuese así…¿por qué se está hablando tanto sobre este tema?…será que como dice el dicho…»Las brujas no existen, pero de que vuelan…vuelan»
Saludos y feliz regreso
SM
Ys. 🙂
Es que no nos olvidemos que estamos volviendo de un periodo de descanso y tambien de evaluacion. que quiero decir. es que la evaluacion el revisar el camino recorrido para preveer las futuras alternativas constituye a veces un cambio de estado de animo. es que hemos valorado bajo una logica diferente que es la del descanso y la sociabilizacion nuestra labor y hemos confrontado la realidad dejando de lado la rutina y el tiempo prestado que no es tu tiempo. El descanso trae consigo ansiedades por que extraen fuerzas que van acentuandose en nuestro interior y que claman por salir debido a la compatibilidad o incompatibilidad con nuestras expectativas
saludos BOlivianos para PIlar Jerico
Pues volveremos con el hábito de leer tus artículos, a ver si así se nos hace la vuelta al trabajo más agradable.
Creo que en estos días de «vacaciones» estas, solamente las realizan las personas cuya principal herramienta de trabajo no es la materia gris. El resto siguen seguramente trabajando de forma más creativa hasta en vacaciones que es cuando más relajado se está y menos encasillado en hábitos.
Las meigas haberlas hailas!!! (es traducción literal del gallego). El síndrome es cierto que existe, pero es más llevadero en función del trabajo que posee cada uno.