¿A cuántos nos han parado la policía por alguna infracción leve que hemos cometido y no nos han puesto la multa? Para tener alguna probabilidad de conseguirlo hay que recurrir a un libro clásico y muy recomendable: El mono desnudo, de Desmond Morris. Según este autor, en las interacciones de los primates (y ahí estamos las personas) hay juegos de poder. Quien sabe que tiene poder, en este caso el policía, no está dispuesto a que ninguno se lo cuestione. Así pues, ante un policía o un profesor en la universidad que ha encontrado al alumno copiando descaradamente, se puede salir más airoso si a éste se le reconoce su poder y se admite el fallo. Lo peor en una situación así es entrar en justificaciones, que siempre deben ser las mismas. La forma de conseguir el objetivo (en este caso que no te pongan la multa), por tanto, es reconocerles su poder… Bueno, al menos hay más probabilidades, aunque eso no significa que siempre ocurra.
Creo que todas las personas en mayor o menor medida buscamos poder. Sé que algunos ganarían el récord Guinness en su intento, pero si pensamos qué significa poder y vamos a la Real Academia de la Lengua, vemos que es la facultad para hacer cosas. Para mí poder significa, por tanto, dos temas:
- Control (en la medida que podemos hacer)
- Influencia de cara a terceros.
Si consideramos que es eso poder, creo casi todos los buscamos, sólo hace falta ver las luchas por el mando a distancia cuando sólo había una televisión, las juntas de vecinos o los reinos de taifas en las empresas. Posiciones como secretarias de dirección, el mejor técnico de un departamento o los bedeles de la sanidad pública son posiciones de un gran poder… y cuidado si se cuestiona.
Tenemos, por tanto, que diferenciar dos tipos de poder: Autoritas y Potestas, como dirían los romanos. Autoritas que es la capacidad de influencia, propio de los líderes; y potestas, que nace del propio puesto o jerarquía. Si buscamos una u otra depende de muchas variables, como son las propias motivaciones individuales y las inseguridades personales… pero si hay algo que he aprendido en unos cuantos años en seminarios en empresas es que el poder se niega (casi nadie dice que le gusta) y cuando utilizas varias técnicas indirectas descubres que a la mayor parte le gusta tener la sensación de control y de influencia.
En definitiva, creo que todos buscamos poder en mayor o menor medida, aunque muy pocos lo reconocen.
El poder es como el chocolate, mientras más lo comes más te gusta y siempre estás buscando nuevos tipos, el blanco, el dark, el 70% cacao… El poder es algo muy humano, lo que vemos en los animales no es poder, pues ellos sólo actuan por sus instintos, pero nosotros si lo hacemos por sabernos poderosos y por eso nos gusta tenerlo. El problema está en saber usarlo (no en tenerlo) pues dependiendo de los poderes de los demás y de cómo nos influencie ese poder ajeno, entonces utilizaremos o abusaremos del nuestro y no hay nada peor que un ser humano que se sepa poderoso.
A Desmond Morris lo leí hace mucho tiempo (era adolescente) y lo que más me gustó de sus teorías, es la de cómo ha ido evolucionando nuestra psiquis sexual a medida que evolucionábamos como personas y como raza, pues fisicamente hemos cambiado mucho en 40.000 años, pero nuestro cerebro interior sigue funcionando casi de la misma forma…
Quizá sea así, que todos buscamos poder, de alguna manera. Creo que el poder que más hay que perseguir es el interior, el que te da la fuerza para gestionarte adecuadamente y sin dañar o dominar a otros.
Por otra parte, reconocer el poder de otros (según los ejemplos que has puesto, Pilar), como una estrategia para “librarse” de un castigo, puede ser útil, pero supone seguir la corriente a quienes creen tener una potente identidad basada en las formas más que en el fondo. Estoy más a favor de la responsabilidad personal, el empeño en las cosas bien hechas (lo demás viene por sí solo) que por la venta de uno mismo mediante la demostración del poder, porque así estaremos inmersos en una estéril lucha de egos.
Quien diga que no le gusta el poder, mienteeeeeeee.
El poder es una droga, es pura adrenalina. Cuanto más lo saboreas más te gusta y más lo quieres.
El peligro del poder reside en quien gestiona éste.
Todos o casi todos tenemos un responsable cuyas excasas habilidades son utilizar su posición de poder y jerarquía para conseguir sus objetivos y dejar claro quien manda sin tener en cuenta las aportaciones de sus equipos de trabajo.
Y no hablemos si dentro de ese equipo hay un futuro líder con cualidades superiores a las del Sargento de Hierro. En ese momento comienza una lucha de poder entre ambos, el sargento por dejar bien claro quien manda, quien es el más sabe, sin valorar argumento alguno, y el futuro líder por abrirse camino y dejar claro que su responsable es un incompetente.
Un ejemplo claro de esto lo vemos en la película de Jean Hackman y Denzel Washington «Marea Roja»
Definitivamente a todo el mundo le gusta el poder, pero como dijo el tío de mi amigo Peter Parker en el hombre araña, un gran poder conlleva una gran responsabilidad y eso es importante tenerlo muy claro.
Ser quien toma las decisiones de como se realiza determinada tarea inevitablemente nos hace demostrar que somos capaces de hacerla tan bien como le estamos exigiendo al resto o mejor, si no somos capaces de hacer eso entonces no seremos buenos lideres y tarde o temprano se darán cuenta que el poder que nos fue entregado no lo merecíamos realmente.
El poder de delegar es algo que se gana con mucho esfuerzo y no todos están dispuestos a pagar lo que vale, es por eso que sólo algunas personas lideran compañías, porque el resto no ha saboreado el poder y piensa que es mejor quedarse sentado esperando a que el resto decida por nosotros y ellos simplemente acatar.
Cada cual en lo suyo, si lo tuyo es estar sentado cómodamente esperando que los demás decidan por ti, supongo que es respetable, ya que cada cual debe decidir por su vida. Si lo tuyo es liderar y tener poder, hazte responsable de tus acciones y de las de tus seguidores, además debes cuidar y proteger a tus seguidores, ya que ellos confían en ti y en tus decisiones.
Creo que la búsqueda del poder, (bien como liderar o como influir) es algo innato en el ser humano. Las ánsias de poder son algo que desde que se tiene constancia escrita y yo creo que antes, ya están latentes en el comprortamiento humano. Es más, no conozco el caso de que alguien no se canse de busacr y quere poseer más poder cada vez. Si alguien con poder suficiente dice que no anhela más, sencillamente miente. Esto lo que genera es una grado de insatisfaciión en si mismo por la ansia continua de mayor poder. Con lo que aquella frase de «el poder no da la felicidad (el dinero)» en cierta medida es verdad, porque siempre quieres más.
Por otro lado he visitado la web de PSICOLOGÍA POSITIVA: LA CIENCIA DEL BIENESTAR Y LA FELICIDAD en la que colaboran Martin Seligman y Carmelo Vázquez. Me ha parecido sencillamente muy buena, no tengo más calificativos.
Un saludo
Lo del mando me ha hecho reir un rato recordando discusiones con mi hermana pequeña donde que acabaramos viendo era lo de menos, lo importante era quien lo iba a decidir. Ahora trabajamos, codo con codo, en la empresa familiar y a veces todavía tenemos ese tipo de discusiones, aunque con la madurez empieza a ser más importante el resultado y no quien lo decide.
Buenas Pilar.
Me he interesado mucho en el tema de tu tesis «Gestión del Talento en entidades bancarias», dado que yo he estado bastante tiempo de mi vida profesional en este sector.
En mi opinión, crfeo que es un sector donde el talento, por desgracia, brilla por su ausencia en el momento que empieza a bajar en la escala del organigrama y los objetivos se empiezana acuantificar cada vez más. De hecho, los empelados pasan de ser «nombres» a ser «puestos» para acabr siendo «números» cosa que hace que el talento se pierda o mal aproveche. Yo he estado trabajando en dos entidades que tambien son muy particulares en estos temas: B.Popular y Banesto, que son de cuidado en el trato con el personal, y son entidades en las que había que hacer caso a Senior Manager y hacer desaparecer el Dept. RRHH, porque sólo vale para hacer nóminas y cartas de despido, porque la política de personal es nula.
Un saludo
Además, creo que hay gente que intenta suplir su falta de poder-liderazgo-carisma con una profesión que le confiera un determinado poder per sé (profesor, policía, portero de discoteca…) para entonces sentirse permanentemente obligada a demostrarlo, en muchos casos abusando de él. El ejemplo que pones es muy bueno, véase el típico policía que te pide «los papeles» por discutirle cualquier cosa, sólo por ver si te puede pillar en algún renuncio más, que siempre habrá alguno…
si «querer es poder», entonces todo va bien, no hay crisis. nos queremos mucho todos. ¿no?
Por vuestros comentarios veo que casi todos en mayor o menor medida estais de acuerdo que todos buscamos poder, aunque con algunos matices:
– S.M. me gusta mucho la comparativa con el chocolate, porque ayuda a generar hormonas, como debe hacer el placer para más de uno.
– Concha, totalmente de acuerdo. De hecho, hay dos tipos de poder: de cara a la influencia hacia otros; y el poder personal. Desgraciadamente, muchas personas que adolecen de éste último pretenden encontrarlo con el primero.
– Ana, creo que Marea Roja es muy buen ejemplo de lucha de poder desde dos enfoques diferentes. La he utilizado alguna vez en seminarios. Y sí, las luchas de poder en las empresas pueden llegar a desgastar mucho por todo lo que comentas.
– Pier: me gusta mucho la frase de poder = responsabilidad; y la relacionada con el liderazgo: «El líder está al servicio de sus colaboradores, no viceversa». Quien tiene interiorizado este concepto, tiene más capacidades para ser líder, que no gestor.
– José Luis: Ahora estoy trabajando en identificar si la búsqueda de poder es innato o no; me inclino a pensar que sí y me gusta lo que mencionas. Respecto a mi tesis, lo que he visto en el sector bancario es que está invirtiendo mucho en cambiar el paradigma (por la presión competitiva, más que nada). Trabajo en varios bancos, como Banesto, y sé que están haciendo mucho esfuerzo. Otra cosa es que la gestión del talento implica un cambio profundo cultural y en organizaciones tan grandes es muy difícil. En el blog iré comentando los resultados de la tesis.
– Xavier, efectivamente creo que una de las claves de la madurez es precisamente ese: buscar la resolución del conflicto que no quién lo ha hecho. Muy buen ejemplo.
– Luis, estoy de acuerdo que algunas profesiones otorgan una falsa seguridad en uno mismo que a veces puede resultar lamentable… me encanta el ejemplo del portero de discoteca, sobre todo en la versión «comiendo chicle» :).
– Abrelatas, una vez más el poder personal o poder de influencia. Cuando uno se centra en sí mismo, es más poderoso y no sé… quizá no vea ni la crisis 🙂
Me gustaría mucho comentases los resultado porque yo creo que como vulgarmente se dice «a pie de obra» las entidades financieras buscan peones para ganar dinero independientemente del talento. Lo importante es ganar, ganar y ganar más, y a poder ser sin ser de un modo ilegal.
A mi en Banesto me dijeron varios jefes, que seguro que lo niegan, «hay una linea que separa las buenas formas de trabajar de las malas; si de vez en cuando hay que ir por el lado malo para conseguir los objetivos, se debe de ir, eso si, que no te cojan, porque yo diré que eres el culpable y toda la resonsabilidad será tuya». ¡Es triste pero esto es real como la vida misma!
No me gusta el poder, es una servidumbre